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mina la salvadora

Todo comienza asi.... 
Simón I. Patiño nació el 1° de junio de 1860 en el Departamento de Cochabamba, Bolivia. En 1889 contrajo matrimonio con Doña Albina Rodriguez Ocampo, cuando ella tenía 16 años y él 29.
El 16 de Agosto de 1897, Patiño compra la mina La Salvadora, en la localidad de Uncía, Departamento de Potosi, Bolivia. Viviendo penosamente en una diminuta cabaña toscamente construida, en la cual trabajaba incansablemente con solo cuatro hectareas, explotaba sin maquinaria a motor, sin otras herramientas que taladros manuales, martillos, picos y una chancadora a mano para moler el mineral. Despues de esta operacion, los trozos de mineral, separados tambien a mano, se cargaban en llamas que necesitaban tres o cuatro dias para llegar hasta Challapata, la mas cercana estacion ferroviaria, 
Su esposa comprendiendo la penosa tarea y soledad de Don Simón, decide ir a vivir a su lado con sus hijos. Vende las pocas joyas que posee para pagar algunos salarios atrasados y sostener la explotación de la mina “La Salvadora”. Ante este emocionante gesto El Barón del Estaño promete construirle algún día un palacio en su honor.

Pasados más de tres años de penoso trabajo, lleno de deudas y penurias, por fín descubre uno de los principales yacimientos de estaño conocidos. En pocos años hizo de su mina la más importante del país, explotándola con las técnicas más modernas bajo la dirección de los mejores ingenieros extranjeros.

Logró comprar otras minas de estaño. En 1909, decide vender en forma directa sus minerales, con este fin, abre una primera oficina para la venta en Europa, concretamente en Hamburgo. 

En 1910 adquirió Uncía Mining Company que estaba en manos británicas y para transportar minerales desde sus minas, construyó el Ferrocarril Machacamarca-Uncía en 1911.
"Que mas adelante lo veremos"

En 1924 compró la compañía Chilena de Llallagua, dueña de los centros mineros de Uncía y Llallagua, y luego Huanuni, Japo y Kami. Los precios de los minerales en Europa lo llevaron a convertirse en millonario a nivel internacional. Logró también el dominio de los refinadores europeos y acabó teniendo el control de la mayor fundidora de estaño boliviano en el mundo, la Willams Harvey & Co. Con un capital de quince millones de Bolivianos estableció el Banco Mercantil de Bolivia.

Catavi y Llallagua, y especialmente Huanuni, son monumentos al genio y la inagotable energía del señor Patiño.

Asímismo, realizó inversiones en yacimientos mineros en Malasia, Canadá, etc. A fines de los años 30, más del 60% de la producción mundial de estaño era tratada en sus fundiciones.

 

mina la salvadora 1
HISTORIA mina la salvadora parte 1

Que tal amigos....

Esta vez estaremos rememorando la Historia de la Salvadora....y dice asi...a principios de (1564) Juan del Valle uno de los conquistadores españoles fue el primero que llegó a la montaña de Llallagua y presintió que sus colocaciones exteriores eran señal de que estaba grávida de metal. Con unos pocos soldados y algunos indios conocedores de la región, comenzó a excavar cerca de la cima buscando la plata que daba fortuna a otros de sus compatriotas en otras regiones de los Andes. Quiso atraer la ayuda divina cambiando el nombre indígena Intijaljata de la cumbre más alta por el muy cristiano de Espíritu Santo. No tuvo suerte ni con el truco del bautizo. Abandonó el lugar desilusionado y se perdió para siempre en la oscuridad del tiempo y la distancia. Nadie habría sabido de su existencia y de su paso por Llallagua si los habitantes de la región, en sus sucesivas generaciones, no hubiesen mantenido el nombre de Juan del Valle para la segunda cumbre, aledaña a la Espíritu Santo, en la que estaba la mina abandonada.

Pero la veta descubierta por el español fue la misma que Honorato Blacutt redescubrió en la década de 1870. En 1872 pidió cuatro hectáreas alrededor del agujero empezado por el conquistador ibero tres siglos antes. Puso el nombre de "La Salvadora" a su pequeña concesión y a cuyo trabajo se dedicó incansablemente durante 20 años. No encontró la plata que buscaba; en cambio, había descubierto nuevamente, después de trescientos años, una semilegendaria veta. Pero se trataba de un complejo de baja ley de mineral de estaño, con muy poco valor, para el que no existían compradores en esa región, además de que los fletes de transporte eran altos. El resultado fue que agotado su magro capital, Blacutt, envejecido por sus preocupaciones y fracasos, vendió la mina a David Olivares. Este la hizo trabajar con el empírico Sergio Oporto, pero sus recursos se le agotaron en pocos meses. Oporto, que vio algunos indicios halagüeños, compró la mina a su empleador por 80 bolivianos (más o menos 30 dólares) en forma legalmente reconocida.

Oporto, corto de fondos necesitaba nuevo capital o crédito para continuar, Necesitaba víveres, dinamita y algún dinero para pagar los salarios que adeudaba a sus cinco peones. Es así que se dirige a Oruro, la firma "Germán Fricke y Compañía", donde trabajaba Patiño, le negó a Oporto más préstamos.

Patiño hizo una proposición formal a Oporto: "Desde que dejé el colegio para trabajar y siempre que he podido he ahorrado algo, aunque sea unos centavos, con la esperanza de reunir un capital que me permitiese tener un negocio propio, de preferencia minero. A costa de muchos sacrificios he reunido hasta unos 5.000 bolivianos. Estoy dispuesto a arriesgarlos en su mina.
CONTINUARA...

Hola amigos aqui veremos la Historia de Nuestra tierra minera y dice a si....

Dice La historia que los sucesivos concesionarios del rico yacimiento mineral de Estaño fueron... Honorato Blacut David Olivares, Sergi Oporto quiénes en 1872 bautizaran la mina como La Salvadora.

Y es así que volviendo a nuestra historia que un día del año 1900 (apenas se estrenaba el siglo XX), un obstinado minero recorría el camino entre su propiedad —La Salvadora— y la ciudad de Oruro. Apresurando el paso de la mula —se dice— repetía como una oración: “Dios mío, que no sea plata, que no sea plata”.

El minero se llamaba Simón Patiño. Llevaba a Oruro para analizar muestras del mineral de la veta que, dinamita de por medio, acababa de “cortar” en su mina. Para entonces, la plata casi no valía nada. Patiño rezaba para que sea estaño.

Resultó ser estaño.

Y un estaño de tal pureza y abundancia que en muy pocos años lo convirtió en uno de los hombres más ricos del planeta. Entonces, Patiño se avecindó en Oruro y allí hizo levantar un palacio en el que vivió con su esposa, Albina Rodríguez, y sus siete hijos hasta que en 1912 se fue a París.
Su fortuna comenzó con el descubrimiento de una veta sumamente rica el año 1900, en la mina La Salvadora, en el cerro Llallagua (Departamento de Potosí). En los años siguientes fue adquiriendo otras minas y su fortuna creció vertiginosamente. Alrededor de [[1910] había formado un complejo minero poderoso con las minas de Llallagua, Catavi, Siglo XX, Uncía y Huanuni, entre otras. Además, para transportar minerales desde sus minas construyó el Ferrocarril Machacamarca Uncía en 1911. (Que mas adelante veremos)

Patiño fue adquiriendo intereses de mineros chilenos en minas bolivianas mediante compras secretas en la bolsa de valores de Santiago (Chile). Una vez que logró adquirir la mayoría de las acciones de la Compañía Estañífera de Llallagua, hasta entonces en manos de capitalistas chilenos, se sintió orgulloso de “nacionalizar” la minería boliviana.

Continua en la Parte 1.

HISTORIA mina la salvadora parte 2

Continuando con la segunda parte ...
Y es así que Patiño estaba dispuesto a invertir su plata con Oporto..Es cuando el le comenta...
Hagamos una sociedad con el nombre de "Patiño - Oporto". Yo daré el dinero que vayamos precisando para jornales, víveres y materiales. Usted dirigirá los trabajos personalmente. Tendría la obligación de mandarme un mínimo de 40 quintales mensuales de barrilla de estaño. La ley del mineral no tendría que bajar de 65 por ciento. Yo los vendería a los señores Fricke. Seguiría trabajando como empleado de ellos para no perder mi sueldo y para mantener el contacto. Del producto de las ventas descontaríamos los gastos, separaríamos algo para reinversión y ampliación y de la utilidad que quede nos dividiríamos por mitad. Desde la primera vez que he ido por allá la montaña de Llallagua me ha dicho algo. Tengo fe en ella. Todo depende de que trabajemos con entusiasmo y seriedad. Estoy seguro que alguna de las vetas que el señor Sainz y el ingeniero Minchin han encontrado en los costados debe llegar hasta la cumbre Juan del Valle. Yo me encargaría de hacer la escritura de la sociedad ante un Notario. Usted tendría que volver a la mina de inmediato".

Oporto aceptó y ambos formaron una sociedad legal para explotar “la Salvadora”. Patiño había adelantado previamente algún dinero. Oporto continuó como administrador de la mina, produciendo pequeñas cantidades de concentrados de estaño. Patiño, por su parte, permaneció en Oruro vendiendo los minerales y enviando, en cambio, dinero, alimentos y abastecimientos. Mientras conservaba todavía su puesto en la compañía Fricke, sembraba en la mina el escaso dinero que podía ahorrar de su sueldo.

Después de tres años de trabajo infructuoso, Oporto llegó al convencimiento de que ya no podía resistir la situación por más tiempo, por lo que propuso a Patiño que vendieran la concesión.

¿Vender la mina?.....CONTINUARA EN LA TERCERA PARTE..

HISTORIA mina la salvadora parte 3

Continuando con la tercera parte....Es cuando Patiño queda sorprendido a lo que responde...Ud. venda su parte si lo desea, pero yo no venderé la mía", fue la respuesta de Patiño, quien gozaba repitiendo estas palabras ante sus amigos, al recordar la historia unos años más tarde. Fue así que Patiño compro la parte de Oporto y asumió las deudas de la sociedad, liberando a Oporto de toda responsabilidad por sus obligaciones. El documento público por el cual Patiño compró a Oporto su media parte en la mina La Salvadora fue firmado el 16 de agosto de 1897.

Patiño renunció a su puesto en la compañía Fricke. Había dicho tiempo atrás a su socio: "La vista del amo engorda al caballo". Le tocaba ahora a él poner en práctica tal consejo. Cargado de deudas, pero propietario de la mina “La Salvadora”, se preparó a cambiar las relativas comodidades que le ofrecía Oruro por la inhóspita cumbre del cerro Espíritu Santo. El campamento estaba a unos 4.400 metros sobre el nivel del mar.

Convenció a Arturo Fricke que la única manera de cobrar lo que le adeudaba "La Salvadora" era darle nuevos medios para seguir trabajando la mina. Necesitaba más avios y dinero. La firma conocía su seriedad y honradez, y con su entusiasmo y convicción acabaron por ganar el apoyo de Fricke.

Poco después llegó el capataz Menéndez, contratado por Patiño, a quien esperaba encontrar aguardándolo en la mina; vino con un sirviente y con una escuálida mula cargada de provisiones.

Ahí estaba Patiño, viviendo penosamente en una diminuta cabaña toscamente construida. El futuro se vislumbraba incierto, pero el hombre era empecinado, y después de pocas horas de indecisión se puso a trabajar tan arduamente que no le quedó tiempo para pensar en el futuro. Patiño descubrió en muy poco tiempo que su sangre estaba infectada por el virus de una incurable enfermedad: la minería.
Continuara en la cuarta parte...

HISTORIAmina la salvadora parte 4.

Y es asi... que como dijimos que ya patiño tenia esa enfermedad que corria por sus venas que era nada menos que la mineria...Por aquel entonces Patiño era el pobretón entre sus vecinos poderosos, como Pastor Sáinz, el ingeniero británico john B. Minchin, y la firma francesa, Bebin Hermanos, con sólo cuatro hectáreas, explotaba sin maquinaria a motor, sin otras herramientas que taladros manuales, martillos, picos y una chancadora a mano para moler el mineral. Después de esta operación, los trozos de mineral, separados también a mano, se cargaban en llamas que necesitaban tres o cuatro días para llegar hasta Challapata, la más cercana estación ferroviaria.

Los gastos continuaban ascendiendo y las perspectivas eran ya muy precarias cuando se produjo una tragedia de vastos alcances. Estalló la guerra civil en toda la extensión del Altiplano así como en algunos de los valles centrales. Los últimos días de 1898 no auguraban un feliz año nuevo para Bolivia.

Durante los desórdenes causados por la revolución, Los propietarios y administradores de minas y casas comerciales buscaron asilo en Oruro. Simón I. Patiño se mantuvo impertérrito en la cumbre de Llallagua. Tenía el presentimiento de que la montaña estaba a punto de hacerle una gran revelación. Uno de los caciques, que trabajaba con él como arriero, le aconsejó que abandonara “La Salvadora” y se fuera a la ciudad y le ofreció cuidar la mina durante su ausencia. Al encontrarse sin trabajadores ni abastecimientos, Patiño no tuvo otro remedio que acceder.

El descanso forzado había proporcionado renovada confianza al minero de “La Salvadora”. Sus trabajadores retornaron y poco después todo se hallaba marchando al vigoroso ritmo de antaño.

Un día el arriero que llevó los sacos de barrilla a Oruro volvió trayendo en sus mulas a una joven y sus tiernos hijos. Era Albina Rodríguez Ocampo, la muchacha que Patiño eligió como esposa y con quien se casó en 1889, cuando ella tenía 16 años y él 29. La joven había comprendido cuán dura era la tarea y la soledad de su marido en la montaña y venía a ayudarle y acompañarle. Aún más, ella vendiendo las pocas joyas que poseía y traía consigo unos miles de bolivianos para que se pagasen los jornales atrasados y se emprendiesen nuevos trabajos.

Patiño se conmovió hasta las lágrimas con el heroico gesto de su esposa....y le dijo...CONTINUARA EN LA 5ª PARTE...

HISTORIA mina la salvadora parte 5

Continuando siempre con nuestra historia....ya que patiño se encontraba feliz y a la vez conmovido por el gesto de su esposa...y fue cuando le dijo....-“No debías haber venido” -le dijo sollozante-. “Yo me habría bastado solo ... ¡Y tus joyas ... ! Has hecho como la reina de España.... ¡Algún día te construiré un palacio!”. De allí en adelante tendrían que hundirse o salir a flote juntos, lo cual no representaba ningún problema: Patiño no era de los que se hunden.

Pasaron días y semanas sin que nada denotara la existencia del filón tan ferviente e impacientemente buscado. Tal vez Patiño había presentido esa veta o puede ser que sólo hubiera tenido una corazonada, pero el caso es que aumentó el número de sus trabajadores y pasaba la mayor parte de su tiempo dentro de la mina.

Cierto día en que los esposos Patiño estaban ocupados en su merienda oyeron que el capataz Menéndez venía corriendo hacia ellos dando grandes voces.

"Don Simón venga a ver lo que hemos encontrado ... Debe ser plata pura. ¡Es una veta ancha!".

Al escuchar la palabra plata el corazón de Patiño se estrujó de angustia. ¡Quién sabe si era la veta que Juan del Valle buscó tres siglos antes! Un hallazgo así habría sido providencial en la era de la plata, pero no en 1900. Hasta 20 años atrás habría sido una herejía para un minero boliviano maldecir la aparición de plata. El la maldecía si estaba metida en su "Salvadora". La montaña de Llallagua no podía burlarse de quien la trabajaba con tanta dedicación. ¿Por qué iba a dar estaño a Sainz, Minchin, los Bebin y otros y no a él? ¡La Pachamama no podía ser tan cruel! con el....CONTINUARA...

HISTORIA mina la salvadora parte 6

Continuando con la ultima parte de esta historia de la Salvadora....es cuando Patiño ingresó al socavón, seguido de Menéndez, llevando con mano temblorosa la pequeña lámpara que alumbraba su camino. Le parecía que los latidos de su corazón retumbaban en la montaña. Llegó exhausto de emoción al paraje donde sus peones Mariano Muruchi, Daniel González, Ceciliano Miranda y Julián Frías estaban sentados de cuclillas, masticando coca, al lado de los pedazos de roca desprendidos con los disparos de dinamita.

"Hijos -les dijo, recogiendo unos trozos- si esto es estaño tendrán una prima y haremos una challa a mi vuelta. Ahora iré a Huanuni para hacer examinar qué clase de metal hemos encontrado".

Tatay -exclamó uno de los barreteros- vamos a encender unas velas al Ckollo Auqui para que todo resulte bien".

Patiño dijo a sus trabajadores que se fueran a descansar y se quedó solo con Menéndez. "Cubramos la veta" dijo después de una pausa. "Yo iré a Huanuni al amanecer para que analicen las muestras; hasta que regrese, nadie debe entrar aquí, ¡Nadie!" Por lo tanto, cubrieron la veta con la oscura y plomiza arcilla que había sido extraída de las paredes a golpes de picota de los trabajadores.

Al amanecer emprendió camino a Huanuni, al caer la noche se dirigió inmediatamente a las oficinas de una firma británica, Penny & Duncan, y exhibió las muestras. El ensayista le había ofrecido tener los análisis al día siguiente, en cuanto le fuese posible. A eso del medio día el químico entregó a Patiño algunos papeles y lo felicitó efusivamente. Los resultados del ensaye indicaban que una de las muestras contenía 58 por ciento de estaño, otra 56 por ciento y una tercera 47 por ciento. Era la veta de estaño más rica de la región y tal vez la más rica del mundo.

Patiño partió de inmediato con dirección a Uncía y pasada la medianoche llegó totalmente fatigado a su adusta pero adorada mina La Salvadora. Un tumulto de ideas y de planes se agolpaban en su cerebro. El dueño de "La Salvadora" enfrentó la situación con filosófica serenidad. Su cambio de suerte no era el fruto de la casualidad, sino el resultado de seis años de trabajo y sacrificios, de su fe y tenacidad, de la concentración de sus esfuerzos, de meter en la mina todo lo que tenía, de la ayuda de su esposa. La montaña les habla quitado todo lo que poseían y ahora se los devolvía.

La explotación de la mina comenzó en gran escala con un aumento en el número de trabajadores, que a golpes de martillo y picota extrajeron el expuesto mineral para triturarlo en el primitivo ingenio.

 

TE DOY LAS GRACIAS POR LLEGAR HASTA AQUI Y CONOCER UN POCO DE UNLLALLAGUEÑOMAS
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